Taller con estudiantes

Hemos trabajado con un grupo de 20 estudiantes entre los 11 y 13 años de 6 colegios de enseñanza básica de Talcahuano.

Empezamos con entrevistas individuales con cada estudiante, preguntándoles qué le gusta hacer en su tiempo libre, cuáles son sus juegos favoritos, y cómo es su vida familiar. Les pedimos que dibujaran sus respuestas.

Entrevistando un estudiante de 13 años sobre sus hobbies y su familia.

A partir de las entrevistas, realizamos un taller con todos los estudiantes para introducir el tema de la educación sobre la preparación frente a desastres, y a través de dinámicas entretenidas, exploramos acerca de sus preocupaciones y las habilidades de resiliencia que poseen. Aprovechamos el trabajo que la Municipalidad de Talcahuano ha estado realizando en colegios desde 2014, y enseñamos a los estudiantes técnicas de supervivencia y ayuda mutua. Un ejemplo es cómo usar una manta como camilla para trasladar a una persona herida.

Boris Sáez, co-líder del proyecto enseña a estudiantes cómo usar una manta para mover a una “persona” herida en un desastre.

El momento más conmovedor del taller fue cuando preguntamos a los niños/as que escribieran (anónimamente) sus preocupaciones en un trozo de papel. Luego, se leyeron esas preocupaciones y los estudiantes tuvieron la oportunidad de dar consejos para enfrentar esas preocupaciones. La actividad mostró, que los niños/as tienen grandes preocupaciones y dificultades pero, al mismo tiempo, también tienen la habilidad de apoyarse unos a otros. Un estudiante escribió su preocupación:

“Perder mi amigo”.

A este problema anónimo, los otros estudiantes dieron consejos, por ejemplo diciendo que es importante encontrar amigos que les puedan valorar.

Esto es un ejemplo pequeño pero la capacidad de apoyarse unos a otros es algo que deberíamos fomentar como una parte importante de la resiliencia frente a desastres y a la vida.

Mi único “miedo” es la soledad o el hecho de sentirme sola,” “Perder mi amigo,” “Me preocupan mis notas’.