Deconstruyendo la blancura argentina: una conversación con intelectuales afro, indígenas y marrones

by | Jul 14, 2021 | Afro-descendants, Argentina, Indigenous people |

Por Ana Vivaldi y Pablo Cossio

El mito de la Argentina blanca es tan poderoso y persistente como falso. Sin embargo son también poderosos y de larga data los desafíos a este sentido común, que desde la cultura y la política proponen ideas plurales de nación, y se disputan espacios para vidas Afro, indígenas y “marronas” [personas de ascendencia indígena]. Conversamos con Alejandra Egido, directora de Teatro en Sepia, compañía de mujeres Afrodescendientes; Miriam Alvaréz, docente y directora de El Katango, compañía de teatro Mapuche; y Lorena Cañuqueo, docente y miembra del lof [comunidad Mapuche] Mariano Epulef. Y conversamos también, del colectivo artístico Identidad Marrón, con Flora Alvarado, educadora y artista; América Canela, docente; Abril Carisimo, artista visual; y Alejandro (Joma) Mamani, abogado. Juntes conformamos un equipo de investigación colaborativa sobre Culturas Antirracistas en Argentina desde el 2020. Reflexionamos sobre la dificultad de discutir el racismo en Argentina, y revisamos las múltiples experiencias desde las que les entrevistades despliegan prácticas antirracistas

Se habló mucho el mes pasado sobre los dichos del presidente Alberto Fernández quien repitió la idea de una Argentina que “desciende de los barcos,” producto de la oleada migratoria Europea iniciada a fines del siglo 19; palabras por las que luego se retractó y que incluso contradicen las propias políticas de gobierno. Estas declaraciones son un síntoma de la vigencia de la idea de una Argentina blanca, legado de un eurocentrismo que asume que estos migrantes arribaron a una tierra vacía. Es un mito que coloca Argentina como proyecto “fallido” de sociedad de colonos y que equipara el país con Norteamérica y Australia, una Argentina que es blanca también para la mayor parte de Latinoamérica. Pero ¿qué dicen quienes protagonizan formas de resistencia cultural y política contra el racismo estructural en la Argentina? En esta nota ponemos foco en sus experiencias, prácticas y perspectivas.

Ana: Todas y todes ustedes reaccionaron a las declaraciones de Fernández, pero indicaron una falta de sorpresa ante estas declaraciones, y hasta un cansancio frente a estos relatos. Lorena habló de escepticismo; América en un meme sintetizó “Superen el mito de la Argentina Blanca, Corte ya re fue”; una nota del Área de Género de la Comisión 8 de Noviembre, del que Alejandra es parte, hace hincapié en que este mito racista es compartido por el continente entero.  ¿Cómo les impacta en su vida cotidiana, en sus prácticas profesionales, artísticas y políticas?

Miriam Alvarez

Miriam Alvarez

Miriam: A mí se me viene algo simple y cotidiano. En mi vida cotidiana el sentido común de la sociedad no me relaciona por un lado como una profesional, una docente universitaria, en las visitas al médico cuando lo llevo a mi hijo o acompaño a mis viejos, la pregunta afirmativa era: ¿vos sos empleada gastronómica? o ¿cajera de supermercado? Sin desmerecer por supuesto ningún trabajo: mi papá fue treinta años empleado gastronómico y mi mamá empleada doméstica y eso es lo que se espera de nuestra población. Por un lado. Por otro, cuando digo que soy mapuche, me desconfían y debo explicar, traer a mis abuelos, mis bisabuelos y explicar que mi mamá se crió en una comunidad mapuche. Igual no alcanza porque soy profesional, no tengo apellido mapuche y no vivo en el campo. Entonces no me dejan ocupar ningún lugar. No podemos ocupar ningún espacio. Nos desplazan de nuestro territorio, nos empujan a la ciudad y encima nos quitan la identidad en la ciudad, porque no es nuestro territorio.

Neighbourhood in Buenos Aires

Barrio de clase media en Buenos Aires

 

Alejandra: A mí personalmente es un debate que me agota, “vaya forma de llover sobre mojado” diría Silvio Rodríguez. Esta controversia ha extenuado las mil y una estrategias creativas que he ideado para traer a la palestra pública este tema a través de mis creaciones. Creo que a nadie le interesa reconocer la ascendencia afro como parte de la composición de la población de Latinoamérica, ni a las personas, ni a las sociedades, ni a los gobiernos latinoamericanos.

Este racismo residual aparece en estos debates: es el legado que nos dejó el racismo doctrinario, ideología con la que justificó el sistema colonial,  el comercio esclavista y llenó sus arcas. Pero que en definitiva ambos idearios le han impedido a nuestro grupo étnico la incorporación social en condiciones de equidad plena.

Alejandra Egido

Alejandra Egido

Sorprende que seamos parte de una revolución tecnológica de la que somos partícipes, conectados a una gran red de dispositivos donde todos están acoplados entre sí como resultado del Internet; y a estas alturas nadie pueda referirse correctamente sobre una persona fenotípicamente racializada, como negra, o Afrolatinoamericana o Afroargentina. He sido testiga de personas que con toda la cordialidad del mundo han querido referirse a mi pertenencia étnica y han terminado pálidas; el trabalenguas que han armado, juro que es inenarrable.

En definitiva los pueblos y comunidades afro formamos parte de la realidad nacional latinoamericana, del mismo modo que los pueblos originarios, así que, mal que me pese y aunque me agote, estamos ante un debate que nos atañe a todos/das/des y hay que darle para adelante, sumando voces racializadas al foro.

Abril: Para el profesional del arte, racializade y argentine, el mito de la Argentina blanca tiene dos consecuencias: cómo somos percibidos y cómo internalizamos esta historia oficial. En Argentina hay una puesta en escena constante en el ámbito artístico, que mantiene diferentes formas de exclusión, sean de clase, etnia, o género. Convivir con estas formas de categorizar al creador y su producción implica, la mayoría de las veces, habitar el espacio artístico encasillado tanto en exotizaciones o instrumentalizaciones institucionales de la identidad de uno. Quedamos capturades dentro de estereotipos o arquetipizaciones estigmatizantes o teniendo la elección de habitar el rol pedagógico o ser solo el trauma que deja el racismo.

Todos, racializados y no, internalizamos quienes pueden habitar la cultura y como, y quienes pueden existir sin rendirle cuentas a nadie. Esto, más allá de dificultar la navegación de estos espacios y sus dinámicas, en un principio lo que dificulta es la propia percepción del laburo de uno mismo, el ponerle valor al propio trabajo, el entender que lo que uno hace es trabajo, el empezar a reconocer las propias experiencias como algo que valga la pena decir, y el entenderlas bajo un contexto sistemático (entender la propia experiencia como una racializada y colectiva). Como profesionales del arte el poder hablar desde estas ambigüedades y estéticas en construcción, el poder hacerlas prioridad, implica poder dejarse habitar la fantasía, las posibilidades y las reflexiones en conjunto. Pero a la vez convivimos con el peso que estos mitos invisibilizantes tienen sobre cómo nosotros nos entendemos, hacemos y nos traducimos. Sobre todo tenemos que convivir con cómo los espacios blancos, cómo la política y el arte institucionalizados, ven, consumen, asimilan y capitalizan nuestros discursos.

Abril Carisimo

Abril Carisimo

El habitar las periferias, tanto el dentro-fuera de la institución, el limbo identitario, la autocensura que surge de habitar diferentes espacios, como las periferias territoriales, como el ida y vuelta a CABA [Ciudad Autónoma de Buenos Aires] que implica vivir en el interior del país o el conurbano bonaerense, significa navegar lugares bajo la idea de otredad que los discursos institucionales mantienen. Esos es muy parecido a habitar la idea transformativa y ambigua de lo marrón: es habitar el proceso, la urgencia, la colaboración, la contingencia, el salir del estereotipo, el usar el estereotipo, el extranjerizar, el hacer con lo que se tiene y finalmente, idealmente, el poder con nuestras palabras, imágenes, referencias y culturas heterogéneas y mestizas, entender y seguir desarrollando la multiplicidad de perspectivas y producciones que salen de las personas racializadas. Todos crecimos con estos mismos mitos y puestas en escena, y cuestionarlos, complejizarlos, y transformarlos es un trabajo consciente y constante que también sucede cada vez que más voces racializadas pueden estar presentes o cuestionar los espacios y discursos institucionales.

Joma: Cuando hablamos de visibilización del racismo y cuál es el estado de situación, primero, lo que siempre tenemos que tener presente es el tabú de hablar de racismo en Argentina en particular, y en Latinoamérica en general como una de las primeras improntas. Posteriormente la necesariedad de la vinculación avalada muchas veces desde el derecho –inspirado en lógicas del derecho internacional anglosajón, avalados por ellos respecto a el contexto del norte global–, entonces es, por antonomasia, el pensamiento de enlazar racismo y afrodescendencia.

Alejandro Mamani

Alejandro Mamani

Entonces el problema del racismo hacia las personas e indígenas o de ascendencia indígena, personas marrones, campesinos y migrantes y demás, es un tema súper complicado, no solamente desde una arista estructural-jurídica sino también desde una percepción social que no puede entender el racismo desde ese lugar. Eso me parece necesario antes de hablar de cómo está la visibilización del racismo. Entonces, en las intenciones más cercanas en donde el racismo se intenta visibilizar por parte del Estado con proyectos, con planes o políticas públicas, por lo general van enlazadas a una cuestión de afrodescendencia –lo cual no está mal, claramente la invisibilización de la trata transatlántica de personas Afros que actualmente son afrodescendientes, está súper presente. Entonces desde ese lugar me parece necesario hablar, cuando hablamos de racismo estructural.

Ana: Cada una, uno, une de ustedes está disputando esta invisibilización en tanto tensión histórica. La disputa es por la construcción de una nación que reconozca que indígenas, afro y marrones siempre existieron y son parte de la conformación social Argentina. Ale habla de que cada vez que tiene que presentarse como Afro tiene que explicar su existencia remontándose a 1489 y la invasión de Colón a América. Pero a su vez, el trabajo que vienen haciendo está en tensión con la captura dentro de un estereotipo. Es decir, que ven el problema, en que el reconocimiento se limite a ser figuras solo folklóricas que aparecen en un festival como curiosidad. Las imágenes de les afro danzantes, les indígenas en ropas tradicionales en zonas remotas, les marrones agresives y marginales (las series sobre la villa). El trabajo de ustedes entonces busca formas de representación que complican los estereotipos y arquetipos tradicionales. Pueden contarnos ¿Cuál es el problema de disputar por la inclusión en la nación por un lado y por otro tensionar representaciones que estereotipan? ¿Cómo trabajan para construir alternativas?

Flora: El problema de la inclusión es que muchas veces se plantea como la presencia solo en fechas particulares de colectivos que se ven afectados: supongamos, personas marrones, indígenas o descendiente de indígenas. Muchas veces estas propuestas inclusivas que buscan ir en contra de la norma se quedan con cuestiones particulares como la presencia en esas fechas particulares –el día contra el racismo, el 12 de octubre, por ejemplo–, y no se plantea una inclusión real que se podría ver plasmado en puestos de trabajo para estas personas que sean incluida en estos sistemas. Muchas veces no llegan o si llegan es muy complicado mantenerse. Porque generalmente las personas marronas pertenecen a una clase social popular, y, poder ver estas estructuras y poder pensar en una inclusión real que realice modificaciones realmente en la vida de las personas, se empieza a observar que esta “inclusión” no plantea un cambio real. Además de que muchas veces quienes piensan y arman estas representaciones u organizan, esquematizan, generan los guiones, están en la parte creativa, son personas que muchas veces tampoco tienen noción de la cuestión de lo que están hablando. Hace falta una capacitación para las partes de los sectores creativos, supongamos de las agencias de publicidad, para poder empezar a plantear un cambio real en cómo se plantean estas representaciones. Se busca que se salga del estereotipo, sin embargo, si nosotros ponemos a una persona marrón sin replantearnos en el contexto en el que está –cuáles son las historias que queremos contar, cuáles son las narrativas de las que venimos y cuáles son las que queremos construir–, muchas veces es difícil romper estos esquemas, y va ser más difícil realmente poder plantear otras posibilidades de existencia u otras posibilidades de representación.

Florencia Alvarado

Florencia Alvarado

En respuesta a “cómo trabajan para construir alternativas?”: Nosotres siempre planteamos a partir de preguntarnos y los cuestionamientos de, bueno, qué es lo que vemos, qué es lo que consumimos, qué es lo que conocemos. Nosotrxs venimos de los sectores populares y en nuestras casas, por ejemplo, muchas veces en nuestras casas, en la televisión, de las cosas que se consumen cotidianamente –la televisión, los diarios, las revistas, las publicidades que vemos en la calle–, hay en estas imágenes un gran contenido informativo sobre qué lugares ocupamos, qué lugares ocupan las personas blancas en todos estos espacios. Personas blancas están mayoritariamente representados en las publicidades o medios masivos, siendo que Argentina es un país que tiene una gran cantidad de personas descendientes de indígenas que posiblemente no lo sepan o no lo están reconociendo. Sin embargo, esas personas están y entonces ¿por qué no las encontramos en esos lugares? Para nosotros una forma de repensar o de cuestionarnos, y al mismo tiempo de activar al respecto, es generando estas imágenes, es no solo generando los cuestionamientos; entendiendo que podemos encontrarnos en cualquier esfera, podemos encontrarnos en las esferas de las prácticas culturales ancestrales, podemos encontrarnos en la esfera de la ciudad, podemos encontrarnos en la esfera de lo académico, en distintos cargos políticos. Es una realidad también y nos parece extraño y de hecho entendemos por qué. Remarcamos que estamos en todos lados, entonces ¿por qué no nos vemos? Por otro lado, otra posibilidad, más allá de realizar otro tipo de representaciones, es también empezar a contemplar lo que es el trabajo de las personas de colectivos o de asociaciones que están trabajando el tema del racismo; es que se trabaje en conjunto con estas personas o personas que se encuentren en los territorios, que se consulte a esas personas. Que se pregunte sobre esta información o cómo realizar otro tipo de representaciones; se necesita ampliar la mirada, la perspectiva; se necesita un trabajo en conjunto también como para poder empezar a armar algo distinto a lo que ya se conoce, a lo que ya se ve. Y esto no se consigue de un lado solamente; esto se consigue pudiendo generar lazos, conexiones, redes en los cuales la voz de las personas que nunca han sido escuchadas empiece a hacerlo y empiece a tener incidencia en lo que es el imaginario social, el imaginario popular, de cómo por ejemplo nos ven  

Pablo: El 2020 puede pensarse como un momento de visibilización del racismo como problema en Argentina, de puesta en agenda, en parte por las repercusiones de #BLM, pero también iniciativas del mismo gobierno de activar políticas desde organismos nacionales. El presidente habló de reparación histórica en el congreso, se hizo un reconocimiento a la figura de Remedios del Valle (generala Afro de la Independencia), se reconoció el racismo a las personas marronas. En el 2020 todas y todes ustedes fueron protagonistas en poner en agenda y proponer términos al debate. ¿Cómo ven ustedes el alcance de esta visibilización del racismo, el estado del debate?

Feminist march in Buenos Aires

Marcha feminista en Buenos Aires

Lorena: No sé cómo lo ven otrxs mapuche, pero entiendo que esa visibilización que mencionan no es generalizada y queda circunscripta a algunos ámbitos, urbanos y de activismo o académicos que ya venían trabajando en el tema antes de #BLM. Lo que sí se sigue padeciendo es el racismo en esta región de la Patagonia, porque las condiciones que posibilitan desde los desalojos judiciales hasta los amedrentamientos que cotidianamente sufren comunidades mapuche y mapuche-tehuelche no han cesado. Diariamente nos enteramos que el Poder Judicial cuestiona la legitimidad como indígenas de las comunidades o falla en contra sin siquiera evaluar las pruebas que presentan. Las administraciones provinciales ceden derechos sobre las tierras a favor de compañías, empresarios o miembros de los sectores privilegiados de las sociedades locales y niegan el derecho que familias y comunidades mapuche y mapuche-tehuelche ejercen a partir de sus ocupaciones tradicionales e históricas. Pero también las cesiones de derechos en la meseta de Río Negro y Chubut a compañías mineras internacionales, o sobre nacientes de agua en la zona cordillerana dan cuenta de ese profundo racismo: a lxs indixs no se les consulta, se lxs avasalla hasta que logran construir una fuerza opositora que se imponga. Pero también, el hecho de que los medios sigan reproduciendo imágenes y discursos estigmatizantes sobre lxs indígenas sin que lectores u organismos públicos se indignen o intervengan es una señal de ese racismo instituido. Hace pocos días la vivienda de una autoridad mapuche fue incendiada. Ninguno de los periodistas que se indignaron con los dichos del presidente Fernández dio seguimiento a la noticia. Argentina firmó un convenio que sanciona todas las formas de discriminación y racismo, pero está tan naturalizado que ni siquiera se reconoce como racistas estas formas de intervención en los territorios y el actuar estigmatizante y violento contra las poblaciones indígenas.

Pablo: Piensan que tras las declaraciones del Presidente AF, y la reacción general de la opinión pública (más allá del uso interesado por parte de las derechas), ¿es esta coyuntura quizás una “bisagra política” para el antirracismo? Las autoridades de gobierno, de este u otro gobierno, ¿no podrán hacer estos planteamientos sin tener costos políticos? ¿Lo ven como un momento más o como quiebre u otra cosa?

Lorena Cañuqueo

Lorena Cañuqueo

Lorena: Lamento no ser optimista, pero no creo que sea una bisagra para el antirracismo. Entiendo sí que es un inicio para propiciar un debate, porque a partir de las declaraciones del presidente algunxs se comenzaron a interrogar por el alcance de esas premisas que forman parte del sentido común argentino. De ahí a que se entienda esas reacciones como parte de una agenda de lucha contra el racismo, falta bastante trabajo. Sí coincido en que es probable que otrxs políticos se cuiden de plantear la idea de la “descendencia de los barcos” como único trayecto posible, pero más por la vinculación que va a tener por la frase erróneamente utilizada que por su efecto racista, invisibilizador y negador de una gran parte de la población argentina. Insisto, lamento mi falta de optimismo en esta coyuntura. A la luz de los hechos que han venido sucediendo en los territorios indígenas, creo que las dirigencias políticas y sociales aún no toman la real dimensión del efecto racista en nuestra sociedad. No se problematiza el racismo en las organizaciones, el paternalismo y la condescendencia con la que se naturalizan relaciones desiguales entre grupos que han sido racializados, como nosotrxs, lxs indígenas. Los proyectos megaextractivos, de extranjerización y de monocultivos avanzan sobre territorios indígenas en Argentina y ningún sector gobernante se detiene a pensar si acaso no es necesario consultar a las poblaciones que habitan esos territorios. Resulta que ahí vivimos las poblaciones subalternizadas, entre otras cosas, por dispositivos racistas. Además de incumplir la legislación y violar los convenios sobre consulta previa, libre e informada, lo que están poniendo en acto sectores de gobierno nacional y en cada provincia argentina donde se desarrollan esos proyectos es la matriz racista que ha cimentado a esta sociedad.

Ana: El trabajo que hacen también da un paso más allá de disputar representaciones, y apunta ampliar derechos concretos en el plano de lo institucional. El estado reconoce que es necesaria una reparación histórica con los Pueblos indígenas. Alejandra como parte de la organización 8N lanzó una declaración que entre otras llama a la necesidad de NUNCA MÁS a les negades y subalternizades indígenas y Afros. Por otro lado, Identidad Marrón instaló una categoría más nueva, pero, la existencia marrona también atraviesa la formación social del país, y viene disputando derechos concretos, derechos laborales de las empleadas domésticas, derecho de las marronas a abortar, apoyan el cupo laboral travesti-trans, entre otres.  ¿Qué prioridades ven necesarias para generar un acceso equitativo a derechos? ¿Pueden hablar sobre cómo lo ve cada une? 

América Canela

América Canela

América: Creemos que una de las prioridades necesarias es que tiene que ser tomado en cuenta en base al acceso equitativo a derechos, primero que nada es pensarla en clave y con perspectiva antirracista. Sí bien Argentina es un país que a lo largo de la historia ha logrado y ha podido acceder a un aborto legal, seguro y gratuito, una ley de matrimonio igualitario, y entre esa muchas más, pensamos que esta idea del acceso para todos, todas y todes, es necesario seguirla pensando desde una clave antirracista entendiendo que la mayoría de los derechos negados está apuntado hacia las clases racializadas, ¿no? El trabajo precarizado que tienen nuestras empleadas domésticas donde el 90% son personas migrantes provenientes desde ya sea provincias del interior o países limítrofes. Habitar las instituciones educativas, académicas, ya sean las universidades, escuelas como el Nacional Buenos Aires, mayormente hay un cupo abocado a personas blancas de clase media y seguimos sin ver que esos lugares están habitados por personas marronas, indígenas, migrantes y afro. Hablando y pensando que todos estos derechos necesitan seguir estando pensados desde una perspectiva antirracista. Entonces creemos que las prioridades son reformular en qué clave y hacia qué sector estas también apuntan, y cuáles son los que pueden llegar a alcanzar esos accesos. Por eso creemos desde IM pensar una educación con clave antirracista, pensar un cupo laboral para personas travestis-trans con clave antirracista, pensar un feminismo interseccional con clave antirracista, habilita que todos esos derechos que están planteados para una nación para todos y todes apunten también a la equidad, sobre personas que el racismo estructural se ha encargado de alguna u otra manera seguir marginalizándolas y corriéndolas hacia las periferias

Ana: Repensar en una Argentina que no es solamente blanca implica entonces un proyecto de desarmar y rearmar cómo pensamos como personas y como sociedad. Como dice una colega, Laura Kropff, “deconstruirnos en lo racial también, reconocer que todes somos racistas” un proceso paralelo y a la vez entrelazado a la forma en que el feminismo hizo pensarnos dentro de un orden patriarcal. ¿Qué herramientas tenemos para repensar el orden racial y las formas de desmantelarlo como problema de todes y como problema urgente?

Joma: Ahora, en las últimas declaraciones de Alberto Fernández, el presidente no binario como lo declaró Dora Barrancos, el presidente más feminista con ministerio de género y diversidad, hablando de que los mexicanos vienen de los indios, los brasileños de la selva y los argentinos venimos de los barcos, es justamente una muestra del estado de situación a la percepción del imaginario popular que refiere a la Argentina que bajó de los barcos. Muchas veces se acentúa en la constitución nacional y su fomento a la migración europea, hasta el Museo de la Immigración en retiro que parece que justamente la historia de la Argentina estuviese fundada a base de la migración europea de los barcos. Y continuamente esto se repite. El fenómeno más actual es el último documental de Netflix respecto a street food donde el primer capítulo es Argentina en donde la primera escena es una mujer argentina comiendo pizza –feminista, deconstruida, hiper interseccional–, diciendo que no hay negros y que a los pueblos originarios los mataron, entonces por eso toda nuestra comida es italiana y nuestra ascendencia. Entonces me parece interesante hablar de esto primero como un estado de situación. Analizar el discurso de Alberto Fernández en esa clave. Y después sí es un momento de bisagra política porque justamente pudo poner en los medios, en el tapete, aunque sea en partidos que no tienen muy alineados la conciencia social o ciertas políticas públicas con enfoque de derechos humanos, como podría ser tranquilamente el PRO u otros, hablar de esto, ¿no?, el falso mito de la Argentina bajada de los barcos. Entonces sí, nos parece una oportunidad para empezar a hacer un planteamiento respecto al racismo. No se si estamos, en estos próximos años o estaremos, que este tipo de declaraciones van a tener costos políticos. Lo que sí puedo asegurar es que son oportunidades que están siendo tomadas por personas racializadas, de ascendencia indígena, por personas prietas, andinas, afrodescendientes en toda Latinoamérica; es un tema del mito de la blanquitud en Latinoamérica o del mestizaje o del no racismo, está brotando desde diferentes lugares, como foco de cuestionamiento, y  en ese lugar me parece interesante nombrar esta cuestión.

Esta Argentina que es blanca para la mayor parte de Latinoamérica, pero no es blanca para los que habitamos acá –de hecho no lo es–, es solo parte de esa ficción. Creo que la forma de establecer un desmantelamiento de las estructuras raciales, hablar como en esta clave de una pirámide al estilo platónico estratificadora, pero de cristal, donde las paredes y los techos están presentes, pero por ser transparentes no podemos visibilizar qué es. Entonces creo que el primer problema es visibilizar. Por eso las organizaciones que trabajan el tema del racismo –esto es más una opinión personal o alineada al derecho– es visibilizar al grupo para poder entender que este grupo existe, y posteriormente tratar de crear políticas públicas que den respuestas para romper, para desmantelar el orden racial silencioso que existe en América latina. Entonces me parecía bastante importante tener este análisis.

Ana: La ampliación de  la idea de nación forma parte de una construcción de futuro, un futuro que no sea solamente blanco (como las películas futuristas de Hollywood) ¿Cómo proyectan futuros Afro, Indígenas y marrones? Finalmente todes usan mucho el humor. ¿De qué se rieron este último tiempo?

Joma: Los futuros indígenas, los futuros afros, son una cuestión inevitable. Es inevitable el cambio social respecto a esa temática, creo que nosotrxs somos también una muestra de esta sintomatología social, nosotrxs como identidad marrón, poder prieto, grupos organizados, de personas hijos e hijas, nietos y nietas de campesinos, indígenas, migrantes, afrodescendientes, personas racializadas, organizadas para hablar de una sustentación de derechos de igualdad, me parece una muestra de este futuro que podemos prever. Seguramente, estas lógicas del capitalismo, los discursos van a ser absorbidos por la dinámica capitalista, va ser cuestionado, tipo las personas racializadas que ocupen lugares que sean visibles, o partidos conservadores, liberales, progres y demás. Pero esto es la igualdad, la igualdad radica en que todas las personas podamos tener libre albedrío.

Y también empezar a dejar… Creo que la globalización de las plataformas, intermediarios o los productores de contenidos, también tienen o están en un momento de crisis en donde nos damos cuenta que el mundo no era solamente EEUU o Hollywood, no es solamente Netflix, sino que existe Corea, existe Asia, existen los países africanos, existe Latinoamérica, existen historias que no han sido contadas, existen historias sin contarse, existen ideas, visiones, perspectivas que van a tomar lugares de visibilización, creo que ahí radica la posibilidad del futuro.

En lo personal yo me imagino un futuro con políticas públicas de integración reales de inclusión en términos educativos, en términos sociales, en términos políticos, en términos judiciales. Un lugar donde el acceso a la justicia no sea un privilegio étnico social, sino que sea una posibilidad; el no acceso a la justicia sea denunciable, sea cuestionable, sea planteable, ante la dinámica del sistema interamericano de DDHH o en la corte justicia de la nación. Tenemos que empezar a hablar realmente, sí todos accedemos a los derechos y, si no sucede, saber por qué. Tenemos que transparentar esto en acciones concretas.

Y para cerrar me gustaría hablar un poco del humor del sarcasmo, porque creo que una de las formas que nos permiten entender también este estado de situación es ver que el humor o el sarcasmo también forma parte de nuestra vida. Las personas reímos, amamos, nos enojamos, amamos; el humor está presente y también está presente en los sectores populares, en la dinámica no alineada a la clase media. Entonces ahí tenemos que pensar no en una clave unificadora de lo reprochable o no reprochable, sino en una clave de entender el humor con perspectiva de clase. Un humor que puede provenir de las clases populares, que puede venir de les racializades. Esta clave de reivindicación de ciertas palabras que han sido utilizadas históricamente para agredir, demarcar cierto fenotipo o cierto origen simplemente para ser utilizados como un ubicador social, una forma de lucha, como lo ha sido para las maricas, para los travestis, para las lesbianas. Entonces también lo va a ser para los prietos, para los negros, para los marrones, para los villeros, para los cabezas, para los descamizados, para la clase popular, para esos sectores sociales que han sido históricamente silenciados. Así que en esta revolución de la tecnologías la democratización de la toma de los micrófonos está bastante presente.

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